“La cuestión de qué tipo de ciudad queremos no puede separarse del tipo de personas que queremos ser, el tipo de relaciones sociales que pretendemos y las relaciones con la naturaleza que apreciamos” (David Harvey, Ciudades Rebeldes, 2013)
El agua como lugar común Alexander Panez Pinto
Convengamos que la temática del agua está en boga en los informes internacionales, campañas públicas y en las conversaciones de sobre mesa de familias o amigos. Se ha vuelto políticamente correcto afirmar la importancia del agua y sus implicancias futuras (tales como crisis nacionales y/o guerras globales), gritándose a los cuatros vientos que es importante que cuidemos este “recurso”.
Pero cuando reflexionamos más allá del consenso bajo este discurso aprendido por buenas costumbres y emitido de forma repetitiva, apreciamos el carácter conflictivo en la apropiación del agua debido a las visiones e intereses antagónicos que están en juego en esta fase de la ofensiva capitalista. Debemos cuestionar el discurso de la escasez del agua y el intento de responsabilizar a los individuos por la crisis, ya que el problema central está en “cómo unos pocos se apropian de ella, cómo se contamina, cómo se altera el ciclo hidrológico y se acaba con los ecosistemas que retienen el agua” (Campero, 2011)